Carmen, luz de nuestras vidas
El pasado sábado, al concluir la solemne Vigilia de Resurrección, vivimos un momento profundamente simbólico y emocionante: la inauguración del nuevo sistema de iluminación de la Ermita de Nuestra Señora de Porticate. Un acto sencillo pero lleno de significado, que marcó el inicio de una nueva etapa en la vida espiritual de nuestra comunidad.
La Ermita se ha llenado de una luz diferente. No es la luz del sol que se filtra entre los árboles, ni la llama vacilante de una vela. Es una luz viva, constante, esa luz que no conoce ocaso, es la luz de Cristo Resucitado. Esa luz que un día atravesó las sombras del sepulcro vacío y anunció al mundo la victoria definitiva sobre la muerte, hoy brilla también en Porticate, recordándonos que la fe no se apaga y que la esperanza siempre encuentra su camino.
Cristo ha resucitado. Y con Él, la Vida resplandece. Su resurrección no es solo un misterio celebrado, sino una presencia que transforma. Esa luz que ahora envuelve el altar, acaricia los muros de piedra y se posa sobre el rostro de la Virgen, nos habla de un Dios que no se aleja, sino que se queda. Un Dios que camina con nosotros, que habita nuestros santuarios y nuestros corazones.
Pero esta luz, que ahora es visible, también es fruto del esfuerzo humano. Un hermoso gesto de generosidad ha hecho posible este milagro cotidiano. Desde la Asociación Cultural y Religiosa de Nuestra Señora del Carmen y Ánimas de Yunquera, queremos expresar nuestro más sincero y profundo agradecimiento a la empresa Mamcel Solar Electrificaciones (Mamcel Solar), y en especial a su propietario, Miguel Ángel Macías Martín, por su desinteresada y valiosa colaboración con la Ermita de Porticate.
Gracias a su compromiso, la Ermita cuenta ahora con un sistema completo de energía solar, que permite su iluminación y funcionamiento de forma totalmente autónoma y sostenible. Las placas solares, instaladas discretamente, alimentan la luz de la nave principal, el altar, la cúpula de la Virgen, la sacristía y la puerta lateral. Esta actuación no solo moderniza la infraestructura, sino que la llena de sentido: es una obra pensada no para el hoy, sino para el futuro; no para un evento puntual, sino para permanecer.
Miguel Ángel no solo ha hecho una aportación técnica, también ha ofrecido un testimonio de amor por su tierra, por sus raíces, por la Virgen del Carmen, Reina y Madre de Yunquera. Su generosidad es semilla de vida, ejemplo de fe hecha obras, reflejo de ese Evangelio que se anuncia con palabras, pero se confirma con gestos.
Este proyecto, además, abre las puertas a nuevas posibilidades como pueden ser celebraciones más acogedoras, visitas en horarios más amplios, espacios dignificados para la oración personal o comunitaria. La Ermita se convierte, así, en un lugar aún más vivo, más presente, más nuestro.
La luz que hoy ilumina Porticate es símbolo de algo más grande. Es señal de que, cuando la comunidad se une, cuando la fe se expresa en obras, cuando el amor por lo nuestro se convierte en acción, todo puede transformarse.
Hoy, en Porticate, brilla la luz de la Resurrección. Y con ella, el mundo entero puede volver a empezar.
Comentarios
Publicar un comentario